23 de junio de 1993. Recién estrenado
el verano. Un matemático ocupa las primeras páginas de los periódicos del mundo
anglosajón y hasta El País le dedica media página. Se trata de un joven
profesor inglés, afincado en la universidad Princeton, Andrew Wiles, que estaba
impartiendo una serie de tres conferencias, con el poco atrayente título de Formas
modulares, ecuaciones elípticas y representaciones de Galois, en un congreso
matemático en Cambridge.
Muy pocas veces una conferencia de
matemáticas, incluso un congreso entero, suscita la atención de los
periodistas. Pero este congreso, y estas conferencias, iban a pasar a la
historia. Wiles había rellenado varias pizarras y al final, sin ninguna
estridencia y con una ligera sonrisa, modestamente dijo: "creo que lo
dejaré aquí".
Esperó las reacciones del público
asistente, unas 200 personas. Al principio no pasa nada, pero al cabo de unos
instantes comienzan a oírse murmullos de sorpresa y se abren ojos de
incredulidad. Ante los ojos atónitos de los asistentes estaba la demostración de
la conjetura de Taniyama - Shimura, que conducía directamente a la demostración
del ÚLTIMO TEOREMA DE FERMAT.
Los asistentes se sentían tocando la
historia: un problema de más de 350 años vencido. El gran reto del genial
matemático francés del siglo XVII al fin resuelto.
Definitivamente, ya se podía afirmar
que no existen tres números enteros que verifiquen la ecuación
Xn + Yn = Zn
, cuando n es mayor que 2.
Por desgracia, Nick Katz encontró en
septiembre que el trabajo de Wiles presentaba un error que invalidaba la
demostración.
Tras un año de esfuerzo obsesivo Wiles
volvió a ocupar la portada de los periódicos, pero esta vez, sin ningún error
de por medio.
El 25 de octubre de 1994 es un
día que pasará a la historia de las Matemáticas. Ese día, Andrew Wiles presentó
dos manuscritos - unas 130 páginas en total -, para su publicación en los
Anales de Matemáticas, que contenían la demostración del Último Teorema de
Fermat.
Y como encabezamiento la frase más
célebre de la historia de los problemas de matemáticas:
"Es imposible encontrar
la forma de convertir un cubo en la suma de dos cubos, una potencia cuarta en
la suma de dos potencias cuartas, o en general cualquier potencia más alta que
el cuadrado en suma de dos potencias de la misma clase; para este hecho he
encontrado una demostración excelente. El margen es demasiado pequeño para que
dicha demostración quepa en él"
Pierre de Fermat
El culpable
del reto
Fermat nació en los albores del siglo
XVII, en 1601 en Beaumont, un pueblo del suroeste de Francia. Su padre era un
rico comerciante de pieles lo que le permitió realizar sus estudios de leyes en
la Universidad de Toulouse, donde nunca destacó en Matemáticas.
No publicó en su vida ningún libro
sobre matemáticas. De hecho llegó a escribir a Pascal:
"No quiero que aparezca
mi nombre en ninguno de los trabajos considerados dignos de exposición
pública"
Pero Fermat tenía la pasión por los
números. Y ello en parte gracias al libro de un matemático que vivió 1.300 años
antes que él.
Este libro era la edición de la
Aritmética de Diofanto. La Aritmética constaba de 13 libros de los cuales sólo
seis sobrevivieron a la destrucción de la gran biblioteca de Alejandría,
primero por los cristianos y luego por los musulmanes.
En 1621 aparece en Francia una
traducción al latín de estos seis libros, realizada por Bachet, otro aficionado
a los acertijos matemáticos.
Este libro se convertiría en el libro de cabecera de Fermat durante muchos años.
Este libro se convertiría en el libro de cabecera de Fermat durante muchos años.
En él Diofanto propone más de cien
problemas numéricos y da brillantes soluciones a todos ellos.
Algunos tienen que ver con las ternas
pitagóricas, es decir, las ternas de números enteros que verifican X2
+ Y2 = Z2
Fermat intuye que el exponente 2 es
una frontera matemática para este tipo de ecuaciones con números enteros y
postula, en una de las anotaciones a la Aritmética su famoso reto.
Desde este momento las mejores mentes
matemáticas de 3 siglos no van a poder sustraerse a la tentación de intentar
encontrar esa marillosa demostración de la que habla Fermat.
- Euler lo demostró para n =
3 y n = 4
- Dirichlet y Legendre para n
= 5
- Lamé para n = 7
- Kummer para todos los
primos menores que 100 salvo para n = 37, 59 y 67
- Sophie Germain....
El último teorema, pero no el
único
- Los números amigos, un problema con 2000 años
Los pitagóricos ya habían observado
una rara relación entre los números 220 y 284.
Los divisores de 220 son: 1, 2, 4, 5,
10, 11, 20, 22, 44, 55 y 110
Los de 284 son: 1, 2, 4, 71 y 142.
En apariencia no tiene mucho parecido,
salvo por este curioso hecho:
Si sumamos todos los divisores de 220:
1 + 2 + 4 + 5 + 10 + 11 + 20 + 22 + 44 + 55 + 110 = 284,
si sumamos los de 284:
1 + 2 + 4 + 71 + 142 = 220
La suma de los divisores de un número
nos da el otro.
Durante muchos siglos estos dos
números fueron los únicos amigos. Pero llegó Fermat.
Con suma paciencia y una admirable
visión numérica, tras más de dos mil años, Fermat va a descubrir la segunda
pareja de números amigos. Unos amigos mucho más complicados que 220 y 284.
Se trata de estos dos números: 17296
y 18416.
Descubre además una regla general
(conocida por ibn Qurra):
"Si q = 3·2 p-1-1; r = 3·2 p -
1; s = 9·2 2p-1-1 son números primos, entonces
n = 2 p ·q·r y m = 2 p ·s son números amigos"
220 corresponde a los valores de p = 2; q = 5 y r = 11
284 corresponde a los valores de p = 2; s = 71
Fermat, conocido por su talante
beligerante a la hora de plantear retos numéricos a sus colegas, lanza la
propuesta de encontrar otros números amigos, entre otros a Descartes.
La respuesta de éste no se hizo
esperar y seguro que dejó pasmado a Fermat: 9.363.584 y 9.437.056.
Sin duda Descartes había deducido la
regla de Ibn Qurra.
Euler, quedó desde joven cautivado por
los retos numéricos de Fermat y de hecho intento dar la respuesta a todos ellos
y salvo el último teorema lo consiguió de forma brillante.
En un artículo para la revista de la
Academia de San Petersburgo titulado De numeris amicabilis
Euler nos ofrece esta otra pareja 122.265
y 139.815, junto a otras 59. A principios de est siglo se descubrió que
una era incorrecta
Otros regalos de Fermat
Los viejos números primos
Hay dos grandes familias de números primos:
Unos son de la forma 4 n + 1: 5, 13,
17, 29, 37, 41...
Los otros de la forma 4 n +3: 3, 7, 11, 19, 23, 31, 43...
Fermat descubrió que todos los de la
primera familia se pueden escribir como la suma de dos cuadrados.
Pero en cambio, NINGUNO, de los de la
segunda familia se puede descomponer en la suma de dos cuadrados.
El pequeño teorema de Fermat
Si a es un número natural
cualquiera, por ejemplo 9 y p un número primo que no es divisor de a, por
ejemplo 5; siempre se cumple que p, en este caso 5, es divisor exacto de ap-1
-1, en nuestro caso 9 5 - 1 - 1.
En efecto 9 4 - 1 = 6561 - 1 = 6560 que es
divisible por 5 6560 : 5 = 1312.
Esta brillante joya numérica se conoce como el
"pequeño teorema de Fermat".
Y, cómo no, fue demostrado por Euler
cuando tenía 29 años.
Su gran fallo. Los primos de
Fermat
Fermat afirmó que todos los números de la forma + 1, son números primos
Euler se encargaría de demostrar que por una vez Fermat
estaba equivocado
Si n = 5 232 + 1 = 4.294.967.297 = 641 x
6.700.417 no es primo
Pero aunque Fermat es el gran impulsor
de los problemas relacionados con los números enteros, para encontrar el origen
de estos probleas hay que retroceder en el tiempo hasta el nacimiento de la
Aritmética y viajar al siglo VI antes de Cristo.
En el
principio fue...Pitágoras
Sin duda a Pitágoras le debemos el
nacimiento de las Matemáticas como ciencia. De hecho el término Matemáticas se
lo debemos él.
Podemos resumir la deuda de la
Humanidad con los pitagóricos en estos cuatro puntos:
- Proporciona la primera visión cosmológica del universo físico
- Afirman que la esencia del mundo físico es matemática
- Colocan número natural origen, fundamento y explicación de
todas las cosas
- Son los responsables de la organización del saber en las las
4 ramas que perdurarán hasta los tiempos de Newton: Aritmética, Geometría,
Música y Astronomía. El famos cuadrivium medieval.
Pero los matemáticos les debemos algo
más importante: el nacimiento de la Teoría de Números. Filolao, un siglo
después de Pitágoras llegó a afirmar:
"Todas las cosas que
pueden ser conocidas tienen número; pues no es posible que sin número nada
pueda ser conocido ni concebido".
Los pitagóricos consideraban a los
números como los componentes últimos de los objetos materiales. Más o menos
como nuestros átomos.
Seguramente a esta concepción más
materialista debamos la existencia de los números triangulares y de los números
poligonales desde los albores de la Matemática.
Los números
poligonales o figurados.
Un problema
con más de 2.000 años
Las expresiones «números
triangulares» o «números cuadrados» no son meras metáforas sino que
esos números son, efectivamente, ante el espíritu y ante los ojos de los
pitagóricos, triángulos y cuadrados.
- Así tres puntos formarán un triángulo. Si a estos tres puntos les añadimos otros tres seguimos teniendo un triángulo, y lo mismo ocurre si a éste le añadimos cuatro puntos.
- Es decir los números 1, 3, 6, 10, 15... son números
triangulares.
- De forma mucho más clara con los números 4, 9, 16, 25...
podemos formar cuadrados. Junto al 1 constituyen los números cuadrados
- Siguiendo con esta visión geométrica, es inmediato descubrir los números pentagonales: 1, 5, 12, 22... O los hexagonales: 1, 6, 15, 28...
- En todos los casos las series numéricas son sumas parciales de los primeros términos de progresiones aritméticas cuyo primer término es siempre 1 y cuya diferencia es r. Siendo r el número de lados del polígono asociado a la serie menos dos unidades, es decir, r = 1 para números triangulares, r = 2 para cuadrados, r = 3 para los pentagonales...
- Lo que viene a demostrar, que sin ningún apoyo algebraico, y utilizando exclusivamente modelos geométricos, los pitagóricos dominaban los métodos
- para sumar progresiones aritméticas simples del tipo
- Esta visión geométrica les permitió obtener los primeros
resultados generales sobre propiedades de los números naturales y
poligonales.
- Algunos evidentes, al fin y al cabo eso es lo que significa
la palabra griega "teorema", lo que se contempla, lo que se
ve; aunque nada simples si los miramos con ojos exclusivamente
aritméticos
Los primeros teoremas
geométricos. Conocemos a Hipsicles, Teón de Esmirna, Nicómaco de Gerasa y
Boecio.
El
tema se convirtió en uno de los tópicos pitagóricos más habituales. Fue
tratado
por Pseusipo y Filipo (en la Academia platónica), así como
por Hipsicles quien durante un tiempo fue honrado al ser llamados los
números poligonales como Números de Hipsicles. Teón de Esmirna
realizó una descripción bastante desarrollada de los números poligonales, que
incluye algunos de los teoremas generales anteriores en su obra Cuestiones
útiles
en Matemáticas para la lectura de Platón.
Aunque no llegaran a efectuar demostraciones
generales de las relaciones entre los distintos tipos de números poligonales,
sembraron la semilla de la curiosidad en un campo abonado. Un campo que va
reclamar la atención de matemáticos de todas las épocas
Teorema
de Teón
¿Cuánto suman los n primeros
cubos?.
La sorpresa de Nicómaco Nicómaco
de Gerasa
(s.
I d. de C.) en su Introducción a la Aritmética llegó a descubrir
resultados generales de interés como el hecho de que el cubo de todo número
entero n, es la suma de n números impares consecutivos:
13 = 1; 23 =
3+5; 33 = 7+9+11;... Y por tanto
13+23+33+...+n3
= 1+3+5+7+...+n(n+1)-1= (1+2+3+...+n)2 = (Tn)2
A
pesar de contar con un modelo geométrico claro, la obtención de fórmulas
algebraicas generales para obtener directamente estos números ya no es tarea
tan simple. La obra de Nicómaco va a suponer un cambio radical en el estudio de
estos números, la simple generalización empírica de la verificación
aritmético–visual es reemplazada por proposiciones rigurosamente demostradas
casi al estilo euclídeo.
La
Edad Media. La herencia de Diofanto y Boecio. Los teoremas generales.
Diofanto
de Alejandría
( s. III d. de C) además de su famosa Aritmética, escribió otro libro, del que
por desgracia sólo se conservan fragmentos, sobre los números poligonales, en
el que la idea de su construcción se extiende al espacio, haciendo su aparición
los números piramidales, que se obtienen apilando en capas los sucesivos
números poligonales de un mismo orden.
- Los números piramidales de base triangular se obtienen a través de las sumas parciales de los números triangulares, también se les conoce como números tetragonales. Son: 1, 4, 10, 20...
- Los piramidales cuadrados son: 1, 5, 14, 30...
- Los de base pentagonal: 1, 6, 18, 40...
- Pero la pervivencia de la curiosidad por estos números en la Edad Media se la debemos a Boecio, cuya principal obra matemática, la Aritmética, va a constituir una de las escasas fuentes de alimentación de las matemáticas hasta la llegada de las traducciones de las obras griegas realizadas por los sabios islámicos.
Manuscrito medieval
representando los números poligonales
Su traducción a una tabla moderna
Números
|
N
D
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
Triangulares
|
3
|
1
|
3
|
6
|
10
|
15
|
Cuadrados
|
4
|
1
|
4
|
9
|
16
|
25
|
Pentagonales
|
5
|
1
|
5
|
12
|
22
|
35
|
Hexagonales
|
6
|
1
|
6
|
15
|
28
|
45
|
Heptagonales
|
7
|
1
|
7
|
18
|
34
|
55
|
Ahora
es fácil comprobar que la relación de los números cuadrados con los
triangulares,
Cn = Tn
+ Tn-1
, es un caso particular de una ley más general:
"Todo número poligonal es la
suma del poligonal del mismo orden y de una dimensión inferior más el nº
triangular de orden inferior". Teorema de Nicómaco
Nd,n = Nd-1,n
+ Tn-1
El
Renacimiento. Bachet y su famosa edición de la Aritmetica de Diofanto (1621).
G.Bachet de Meziriac publicó en 1621
la obra de Diofanto con interesantes apostillas sobre números poligonales, que
inspiraron los bellos descubrimientos de Fermat sobre la materia.
La
descomposición triangular Nd,n = Tn
+ (d -3) Tn-1.
De
donde es elemental obtener la fórmula algebraica general:
Pero a Ba chet le debemos otra gran
contribución en forma de teorema:
"Todo número natural
puede ser expresado como la suma de cuatro cuadrados de números enteros"
Teorema demostrado por Lagrange en
1770
Siguiendo esta senda Waring conjeturó
que todo número natural se puede representar como la suma de 4 cuadrados, 9
cubos, 19 potencias cuartas...
La demostración se la debemos a
Hilbert en 1909.
Descartes
y los números piramidales
Descartes en su tratado Progymnasmata
de Solidum Elementis va a recuperar los números piramidales e
hiperpiramidales descubriendo tanto los gnomons que permiten su formación como
las fórmulas generales de los mismos. También realiza un estudio profundo sobre
los números figurados sólidos basados en los poliedros regulares.
Pero, ya puestos, acabemos la
historia. El gran reto de Pierre de Fermat.
"Todo número entero puede
expresarse mediante suma de, a lo sumo, n números n-gonales".
- Esta conjetura es una generalización de otra recogida ya en la edición de la Aritmética de Diofanto de Bachet: "Todo número es suma de cuatro números cuadrados"
- Fermat dice que lo demostró por el
método de descenso infinito, para los cuadrados
- Euler lo intenta sin éxito
- Lagrange (1770) demuestra que todo
número entero se puede expresar mediante la suma de, a lo sumo, cuatro
cuadrados.
- Gauss (1796), Disquisitiones
Aritmeticae ¡¡Eureka: N = D +D +D!!
- La anotación de Gauss en su diario responde a la alegría de haber encontrado una demostración para el caso particular de números triangulares:N = D + D + D "Todo número entero es suma de, a lo sumo, tres números triangulares".
- No se quedó ahí, en sus Disquisiciones Aritméticas, publicadas cinco años después de esta anotación, Gauss, nos brinda la demostración no solo para números triangulares sino también nos demuestra que todo número entero es suma de, a lo sumo cuatro números cuadrados, por una vía completamente distinta a la de Lagrange.
Disquisitiones Aritmeticae
293. Las disquisiciones precedentes también proporcionan
una
demostración del famoso teorema que dice que todo entero positivo se
puede
descomponer en tres números triangulares, como hace tiempo
fue descubierto por
Fermat, pero cuya demostración rigurosa ahora se
ha logrado
No
habrá que esperar mucho tiempo para ver demostrada la conjetura
general. Sería
en 1815 en una de las dos memorias que Augustin-Louis
Cauchy presentó a
la Academia de Ciencias de París.
Tras más de dos milenios, los, en
apariencia ingenuos, números poligonales de
la escuela pitagórica contribuían a
consagrar de manera definitiva a dos de los
grandes matemáticos del Siglo XIX.
SIGLO XVII.
La fiebre de las series
La suma de los inversos de los
números triangulares
Cuando Leibniz llega a París, con su
máquina de calcular debajo del brazo, con fama de abogado y diplomático
brillante y con mucho éxito con las damas en los salones de la época, no tenía
aún una base matemática sólida. Lejos quedan todavía los años de fundación del
cálculo.
Leibniz pidió a Huygens que le
introdujera en los círculos científicos del París de ls época. Y éste le puso
un examen previo, una especie de selectividad para acceder a su petición. Le
planteó que calculase la suma de esta serie, que curiosamente tiene que ver con
los números triangulares:
Leibniz, que a pesar de su escasa formación,
era un genio, dio la respuesta de forma ingeniosa:
Calculó, no la suma, sino su mitad:
1/2 · S = 1/2 + 1/6 + 1/12 + 1/20
+ ... =
= (1- 1/2)+(1/2 - 1/3)+(1/3 -
1/4)+(1/4 - 1/5)... =
= 1- 1/2+1/2 - 1/3+1/3 - 1/4+1/4
- 1/5... = 1
Luego
S = 2
Y los medios científicos y matemáticos
parisinos abrieron sus puertas de par en par a Leibniz y quizás gracias a ello,
pudo nacer el cálculo diferencial e integral.
El problema de Basilea. Los
malditos inversos de los cuadrados...
Si la suma de los inversos de los
números triangulares constituyó un problema fácil para Leibniz, no ocurrió lo
mismo con la suma de los inversos de los números cuadrados.
1+ 1/4 + 1/9
+ 1/16+... =?
En apariencia la solución debe ser tan
simple como la de los triangulares. Y así lo pensaron los Bernoulli, pero
pronto se dieron cuenta que algo iba mal.
La serie llegó a obsesionar a Jakob
Bernoulli, que llegó a anunciar públicamente este grito de socorro:
"Grande será nuestra
gratitud si alguien encuentra y nos comunica lo que hasta ahora ha escapado a
nuestros esfuerzos"
¿Quién podría acudir a esta llamada de
socorro? Solo una persona: el genial Euler
Sus armas:
El análisis:
Desarrollos en serie:
Manipulaciones algebraicas
"atrevidas" de series infinitas:
El ingenio, introduce la función:
Sacando x factor común:
Factoriza P(x):
Compara los términos de 2° grado:
Y despejando:
1+ 1/4 + 1/9 + 1/16+... = p2/6
"He encontrado ahora y
contra todo pronóstico una expresión elegante para la suma de la serie que
depende de la cuadratura del círculo...
He encontrado que seis veces
la suma de esta serie es igual al cuadrado de la longitud de la circunferencia
cuyo diámetro es 1" Leonhard Euler
Puede parecer que la demostración del
último teorema de Fermat ha dejado huérfanos a los matemáticos de grandes retos
en Teoría de Números.
Nada más lejos de la realidad.
Problemas de siglos atrás e incluso de milenios siguen ahí retando la
creatividad humana.
Números perfectos, una
historia abierta
Nicómaco de Gerasa en su Introductio
Arithmeticae incluye los 4 primeros números perfectos: 6, 28, 496, 8128
En el libro IX de los Elementos,
Euclides nos deja perplejos con su proposición 36, que proporciona un método
original para encontrar números perfectos.
"Si tantos números como
se quiera a partir de una unidad se disponen en proporción duplicada hasta que
su total resulte primo, y el total multiplicado por el último produce algún
número, el producto será perfecto"
En lenguaje actual:
"Si la suma de las n
primeras potencias de 2 es un número primo, entonces el producto de la suma por
la última potencia sumada es un número perfecto".
Si (1+2+22+...+2n)
es primo, entonces
(1+2+22+...+2n)·2n es perfecto.
Otra vez Euler:
Demuestra el recíproco del teorema de
Euclides sobre números perfectos.
Desde entonces se conoce como Teorema
de Euclides-Euler
Si N es un número perfecto y
par, entonces N = 2 k-1 (2 k-1), donde 2 k-1 es
un número primo
Pero en este teorema hay una palabra
que deja la historia abierta a futuras generaciones de matemáticos: PAR.
Hasta ahora todos los números perfectos
encontrados son pares. Pero ¿existe
algún número perfecto impar?
Aquel que encuentre el primero, o que
por el contrario, demuestre que no hay ninguno, inscribirá su nombre, con
letras de oro, como Andrew Wiles, en el maravilloso libro de la Historia de las
Matemáticas.
Y hablando de números pares...
Si tiene problemas económicos con
alguna hipoteca, siempre puede atacar otro problema con más de 250 años, el
reto de Golbach a Euler, que a pesar del tío Petros, sigue haciendo guiños a
los matemáticos y que proporcionará 1.000.000 de dólares al que lo resuelva:
"TODO NÚMERO PAR, MAYOR
QUE DOS, ES SUMA DE DOS NÚMEROS PRIMOS"
La historia continua...
NÚMEROS
CARGADOS DE SORPRESAS: p, F, e ...
El número áureo. La maldición
pitagórica
El pentagrama o polígono estrellado de
5 puntas es el símbolo de los pitagóricos...
Por aquellas ironías de la historia su
símbolo es portador del germen de los inconmensurables, de los números
irracionales. De hecho es un poema al número áureo.
Para sorpresa de los pitagóricos su
símbolo contiene el número áureo como razón entre segmentos no una sino varias
veces. De hecho el cociente entre cada segmento de la estrella y el inmediato
menor es el número de oro.
¿Cómo lo descubrieron?
Con toda seguridad fue al intentar
resolver el problema de dividir un segmento en dos partes de tal manera que el
cociente entre la parte mayor y la menor coincida con el cociente entre la
longitud total y la parte mayor.
Euclides. Elementos VI.3
"Un segmento está
dividido en media y extrema razón cuando el segmento total es a la parte mayor
como ésta a la menor "
Desde los griegos hasta nuestro días
el número áureo ha sido el patrón de armonía y un símbolo de perfección en
todas las Artes: escultura, pintura, arquitectura... y hasta en los objetos más
cotidianos, desde una tarjeta de crédito hasta un paquete de tabaco tienen la
proporción áurea.
Pero además de su omnipresencia en las
creaciones humanas y en la Naturaleza, la divina proporción nos guarda muchas
más sorpresas, en concreto es maravillosa su relación estrecha con el número 1.
Un número llamado e
¿ Qué pueden tener en común los cables
del tendido eléctrico, las cuentas bancarias, el desarrollo de una colonia de
bacterias, la prueba del carbono 14 para datar restos orgánicos, las encuestas
de población, la probabilidad de sacar 70 veces un número par al lanzar un dado
100 veces...?
Aparentemente nada. Sin embargo en
todas estas situaciones interviene un extraño número comprendido entre 2 y 3,
que tiene infinitas cifras decimales y un origen un tanto exótico.
Al igual que el más famoso número pi,
los matemáticos le conocen mediante una letra. Es un número llamado e.
Es la base de los logaritmos naturales
que aparecen en nuestras calculadoras, es el número de Euler. A él le debemos
su nombre y su definición precisa:
Nos sorprenderá su presencia en las
situaciones más dispares.
El número p. El número de los
círculos, de las esferas y mucho más...
El más popular entre los
inconmensurables. ¿Quién no conoce a p?
Este número extiende sus dominios por
el mundo de las formas y los cuerpos redondos. Si queremos calcular la
longitud, el área o el volumen de objetos redondos no nos quedará más remedio
que recurrir a p
Sin embargo, como e, es una caja de
sorpresas con increíbles, para nosotros y para muchos matemáticos notables
cuando las descubrieron, relaciones con los números naturales:
Y para terminar, ¡mucho más que
magia!. Por que los cinco números más emblemáticos de las Matemáticas, el 0, el
1, la unidad imaginara i, y los irracionales p y e, está relacionados entre sí
de forma extraña.
Las ligaduras que los unen en su viaje
por el universo vienen manifestada por la fórmula más bella de las matemáticas.
Cómo no, descubierta por Leonhard Euler
VIDEOS
Serie "Más por
menos". RTVE. Autor: Antonio Pérez. Realizador: Pedro Amalio López
- Números naturales. Números primos
- Fibonacci. La magia de los números
- El número áureo
- Un número llamado e
Serie "Universo
Matemático". RTVE. Autor: Antonio Pérez. Realizadora: Ana Martínez
- Pitágoras.Mucho más que un teorema
- El legado de Pitágoras
- Fermat. El margen más famoso de la Historia
- Números y cifras. Un viaje en el tiempo
- Gauss. El príncipe de los matemáticos
- Euler. Una superestrella
BIBLIOGRAFÍA
Boyer, Carl B. Historia de la
Matemática. Ed. Alianza. Madrid 1987
Dunham, William. El universo de las
matemáticas. Ed. Pirámide. Madrid 1995.
Dunham,
William. Euler. El
maestro de todos los matemáticos. Ed. Nivola Madrid 2000
Dunham, William. Viaje a través de los
genios. Ed. Pirámide. Madrid 1993
Ghyka, Matila C. El número de oro. Ed.
Poseidón. Barcelona 1978
Ghyka, Matila C. Filosofía y m´stica
del número. Ed. Apóstrofe. Barcelona. 1998
González Urbaneja, Pedro Miguel.
Pitágoras. El filósofo del número. Ed. Nivola. Madrid 2001
Ifrah, Georges. Historia Universal de
las Cifras. Ed. Espasa. Madrid 1998
Kline, Morris. El pensamiento
matemático de la Antigüedad a nuestros días. Ed. Alianza. Madrid 1992.
Pérez Sanz, A. Los números poligonales.
La Gaceta de la RSME. Vol 3. Nº 2. Madrid 2000
Singh Simon, El enigma de Fermat. Ed.
Planeta. Barcelona 1998
Torija Herrera, R. Arquímedes.
Alrededor del círculo. Ed. Nivola. Madrid 1999
Torrecillas, Blas. Fermat. El mago de
los números. Ed. Nivola. Madrid 1999
Wussing H. Lecciones de Historia de
las matemáticas. Ed. Siglo XXI. Madrid 1998
Antonio Pérez Sanz
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